«Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí prometo», señaló Boric en la ceremonia, celebrada al mediodía en el Salón de Honor, en la que estuvieron presentes el mandatario saliente, Sebastián Piñera, los integrantes del futuro gabinete, el parlamento en pleno, mandatarios y autoridades de otros países, entre ellos Alberto Fernández, así como representantes de pueblos originarios y autoridades militares y eclesiásticas.
Fiel a su estilo, sin corbata y visiblemente emocionado, Boric recibió la banda presidencial de manos de Elizalde y, tras un abrazo con Piñera, entonó el himno nacional en medio de una ovación de los presentes en el recinto.
Posteriormente, Piñera se despidió y se retiró del recinto junto a todo su equipo ministerial. Al llegar a la calle, y con fuerte contraste de lo ocurrido en el hemiciclo, el ahora ex mandatario fue despedido con insultos de manifestantes en las calles.
El nuevo presidente, que surgió de los movimientos estudiantiles que sacudieron Chile y fue uno de los líderes de la histórica rebelión de 2006, llega al poder con el desafío de emprender una serie de cambios que prometió en campaña.