Se trata de una investigación de la Universidad de Boston, que halló también que ‘la vitamina del sol’ juega un papel crucial en el fortalecimiento y aumento de capacidades del sistema inmunológico para combatir infecciones y mantener bajo control inflamaciones.
Una nueva investigación determinó que obtener vitamina D está relacionado con un menor riesgo de sufrir infecciones graves por coronavirus y padecer síntomas graves como confusión, pérdida del conocimiento, dificultad para respirar y muerte. Las personas que incorporan suficiente vitamina D tienen un riesgo 52 por ciento menor de morir de COVID-19 que aquellos que tienen deficiencia de la ‘vitamina del sol’, revelaron.
Se trata de un estudio llevado adelante por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston de los Estados Unidos, en donde los científicos se preguntaron qué hace que una persona sea más propensa a contraer COVID-19. La falta de vitamina D se determinó mediante la medición del elemento ´25-hidroxivitamina D´ en sangre, según un nuevo estudio en más de 190.000 personas dirigido por Michael F.Holick, PhD, MD, endocrinólogo estadounidense, especializado y reconocido en el campo de la vitamina D, profesor de Medicina, Fisiología y Biofísica Molecular en el campus médico de la Universidad de Boston.
La vitamina D juega un papel crucial en el sistema inmunológico -de defensa del organismo- y puede combatir la inflamación. Estas características resaltadas por el equipo investigador pueden convertirlo en un actor clave en la lucha del cuerpo contra el coronavirus. A partir de años de investigar este compuesto, se sabe que la falta de vitamina D afecta tanto al sistema inmune innato como al adaptativo e incorporarla puede tener un papel en la protección contra las infecciones respiratorias. Pequeños estudios anteriores han sugerido una relación entre la deficiencia de vitamina D y el riesgo de infecciones y mortalidad por COVID-19, pero los estudios se basaron principalmente en tendencias geográficas en el estado de vitamina D y las tasas de infección por COVID-19 en lugar de pacientes individuales.
En este contexto, tres importantes estudios analizaron los efectos del aislamiento en la salud y la importancia de la vitamina D, que necesita de la exposición al sol y al aire libre para incorporarse adecuadamente al organismo y llegaron a la conclusión de que existe suficiente evidencia científica para determinar que la deficiencia de este compuesto ‘del sol’ aumenta el riesgo de contagio.
Este nuevo estudio retrospectivo, que se publicó en el sitio médico PLOS ONE, mostró una fuerte correlación entre los niveles sanguíneos más altos de 25-hidroxivitamina D y las tasas más bajas de positividad para el SARS-CoV-2, especialmente en pacientes que vivían en códigos postales predominantemente afroamericanos e hispanos.
“Evaluamos más de 190.000 muestras de sangre de pacientes de todas las etnias y edades infectados con COVID en los 50 estados en los Estados Unidos. Observamos que cuanto más alto era el nivel en sangre del paciente de 25-hidroxivitamina D, hasta 55 ng / mL menor era su riesgo de infectarse con el coronavirus. Las personas de color se han visto particularmente afectadas por COVID 19”, dijo el doctor Holick.
De acuerdo a lo manifestado por el endocrinólogo y su equipo de trabajo, los pacientes que viven en vecindarios predominantemente afroamericanos e hispanos tenían más probabilidades de tener deficiencia de vitamina D y un mayor riesgo de contraer la infección. “Encontramos que los pacientes que tenían deficiencia de vitamina D -nivel en sangre de 25-hidroxivitamina D menor de 20 ng / ml- tenían una tasa de positividad 54% más alta en comparación con aquellos que tenían suficiente vitamina D -nivel en sangre de 25-hidroxivitamina D de al menos 30 ng / mL- y que para alcanzar un nivel en sangre de 25 hidroxivitamina D de al menos 30 ng / ml, las directrices de la Endocrine Society de los Estados Unidos recomiendan que los bebés, los niños y los adultos reciban 400-1000 UI (Unidades Internacionales), 600-1000 UI y 1000-1500 UI de vitamina D al día, respectivamente, mientras que los adultos obesos requieren de 2-3 veces más vitamina D”, explicó Holick.
“Esta intervención simple y económica de tomar vitamina D puede ayudar significativamente a reducir el riesgo de infección por este virus mortal”, concluyó el principal investigador del documento científico.
Holick y su equipo han descubierto que las personas que no obtienen suficiente vitamina tienen muchas más probabilidades de enfermarse gravemente, desarrollar sepsis o incluso morir después de contraer el coronavirus.
Debido a que la deficiencia de vitamina D es común en personas con otras enfermedades que aumentan los riesgos de coronavirus, es imposible decir exactamente cuántas vidas se salvarían si todos obtuviéramos nuestra dosis diaria de vitamina solar. Pero sí se sabe que alrededor del 42 por ciento de la población de EE. UU. tiene deficiencia de vitamina D. Si esa tasa fuera cierta para los más de 203 mil estadounidenses que murieron de coronavirus, quizás a unos 85.000 les hubiera ido mejor con niveles mejorados de vitamina D, ejemplificaron los investigadores.
Entre las 190.000 personas que participaron del estudio, los que tenían niveles suficientes de vitamina D en sangre tenían menos probabilidades de tener niveles de oxígeno en sangre peligrosamente bajos y tenían más probabilidades de estar conscientes al llegar a los hospitales.
Los pacientes con niveles bajos de vitamina D tenían un 46% más de probabilidades de necesitar ser intubados o de desarrollar el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), la afección de insuficiencia pulmonar que resulta fatal para muchos pacientes con COVID-19.
Los pacientes con deficiencia de vitamina D también tenían niveles más altos de proteína C reactiva, un probable marcador temprano del nuevo coronavirus grave, y recuentos bajos de glóbulos blancos, una mala señal para su sistema inmunológico.
En general, el 74 por ciento de los pacientes, que tenían entre 30 y 90 años, desarrollaron COVID-19 grave. Pero la tasa entre las personas con suficiente vitamina D fue menor: alrededor del 64 por ciento padecieron una enfermedad grave. Todos los pacientes menores de 40 años incluidos en el estudio sobrevivieron al COVID-19. Pero el 16,3 por ciento de los que tenían 40 años o más, 38 personas, finalmente murieron de coronavirus.
Eso incluyó solo al 9,7 por ciento de las personas con niveles suficientes de vitamina D, mientras que el 20 por ciento de los que tenían niveles bajos de vitamina murieron.
Además, aquellos con niveles particularmente altos de vitamina D (40 ng / ml) tenían el riesgo más bajo de muerte, con solo el 6.3 por ciento de ese grupo muriendo.
¿Dónde se obtiene la vitamina D?
La luz solar es la fuente más importante de vitamina D. La reacción de la luz ultravioleta con el colesterol desencadena la producción de la vitamina. Pero las personas con piel más oscura tienen más melanina, lo que dificulta que la piel absorba los rayos UV y que se produzca la vitamina D. También se puede absorber vitamina D a través de la alimentación, aunque en dosis más pequeñas, en ciertas dietas, al comer los siguientes alimentos:
Pescados: salmón, trucha, fletán, caballa, esturión, pez espada y bacalao, arenque, sardina y tilapia
Hongos o setas: portobellos y rebozuelos
Leche: incluye leche baja en grasa, leche con chocolate baja en grasa, leche de soja, leche de almendras y leche de arroz
Yogur: la mayoría de tipos y sabores
Huevo duro
Cerdo
Jugo de naranja fortificado
Cereales fortificados
Fuente: www.eltribuno.com