Las medidas dispuestas a fines del mes pasado llevaron cerca del 7% al IPC de julio, que se conocerá esta tarde. Pero toda la preocupación está puesta en agosto, cuando se procese el salto de 22% del dólar oficial.
Al mismo tiempo que la mira generalizada de los agentes económicos se concentra en el impacto de la devaluación dispuesta ayer por el Gobierno en el nivel de precios, el INDEC dará a conocer un dato que, tras los acontecimientos de las últimas dos semanas, mostrará una foto casi descolorida por lo desactualizada.
Aun así, esa misma foto expondrá un empeoramiento de la principal variable que impacta en el bolsillo de los argentinos: lejos del 6% de aumento que registró el IPC en junio, el mes pasado el índice de inflación se ubicaría nuevamente en torno al 7%. En el Gobierno, esperan un 6,8%. La categoría alimentos y bebidas, cuyos precios se habían aplacado en las mediciones anteriores, volverá a denotar un recalentamiento y se ubicaría por encima de ese valor.
Sobre la última semana del mes, las medidas adoptadas para paliar el drenaje de reservas -el dólar agro a $340 y la devaluación fiscal que implicó la aplicación del impuesto PAIS al 7,5% y 25% a las importaciones según su carácter- impactaron en los precios, con particular destaque para el salto en el valor de la carne. También el salto de la brecha cambiaria y la fuerte presión del dólar informal, prevén fuentes oficiales, tuvo algún efecto sobre fines de mes.
El dato que hoy difundirá el INDEC y que en el equipo económico esperan en torno a 6,8% parecerá un oasis respecto de lo que en el propio Gobierno esperan para este mes. En línea con las estimaciones muy preliminares de los privados, también fuentes oficiales del área económica admiten que el IPC de agosto será de dos dígitos. En la consultora Equilibra, por caso, del 8% que pronosticaban hasta la semana, ya lo ubican entre 10% y 12% mientras que en EcoGo no descartan que la inflación llegue a 200% hacia fin de año.
Fuente: Infobae