Las estimaciones se mantienen en constante revisión y están sujetas a que se frene la suba del dólar oficial y también financiero. Qué precios subirán más rápido que otros según los analistas.
Como muchos precios de la economía que desde el lunes no tenían un precio establecido, tampoco la inflación de agosto tiene un pronóstico fijo. Lejos de eso, tras conocerse el dato del mes pasado difundido ayer por el INDEC de 6,3%, algunos analistas prevén que podría duplicarse este mes mientras que el consenso del mercado indica que el piso será de 10% y que un índice de 12% es una proyección razonable en este contexto pero que todavía “el escenario está muy abierto” y ese número puede subir.
Particularmente porque esas estimaciones, que comparten en varias consultoras como Equilibra, Analytica, Castiglione&Tiscornia, Anker o EcoGo, se basan -según aclaran sus referentes- en la foto actual. Es decir, en el supuesto de que el dólar oficial, tras el salto de 22% se sostiene al menos durante agosto en $350, que la brecha no se profundiza y que el traslado a precios se reparte en un período de tres meses. Esos supuestos, admiten, son hoy grandes interrogantes y no existen señales claras que permitan inferir que se confirmarán. “No sabemos si va a pegar más en agosto o en septiembre pero vemos el bimestre en 22%, lo que da un promedio por encima de 10% mensual”, aseguró Lorenzo Sigaut Graviña, quien precisó que los primeros en reaccionar serán los bienes durables y con más intensidad. “Los alimentos también se van a acelerar pero probablemente el efecto se vea más en septiembre. Es distinto con los durables, como equipos para la construcción, electrónicos o autos y tecnología”, dijo el economista. Eso porque no sólo impacta la suba del dólar oficial sino también el recalentamiento de las cotizaciones financieras, que ya venían subiendo antes de las PASO. “Ese efecto -advirtió- es hasta acá, suponiendo que ahora el dólar oficial y paralelo se mantiene quieto”.
Una proyección similar tienen en otras consultoras, las que hasta la semana pasada, preveían en promedio una inflación de 7,9%. Pero eso fue antes de la devaluación. Ahora el panorama cambió radicalmente.
“Se decía que devaluar sin programa implicaba un alto riesgo. Ahora estamos verificando que eso era cierto”, alertó el economista Miguel Kiguel. “La Argentina es probablemente el único país del mundo en el que una devaluación del 20% se pasa a los precios en los comercios minoristas en el mismo día. En otros países el minorista ni se entera que hubo una devaluación y los precios se ajustan varios meses después”, reflexionó. Es que la velocidad con que se produzca el traslado a precios de la suba del dólar es un punto central para intentar establecer a cuánto puede llegar la inflación en los próximos meses.
“Nosotros ya tenemos una proyección por encima del 10%, que pega obviamente muy fuerte en todo lo que son bienes importados de forma directa porque está el efecto del impuesto PAIS que se puso a fines de julio en 7,5% y ahora la devaluación del dólar oficial del lunes”, detalló por su parte Claudio Caprarulo, director de Analytica.