Comenzaron a producir el día en que se decretó la cuarentena en 2020 y, tres años después, exportan a cuatro países desde la ciudad de Colón. “Las crisis siempre representan oportunidades”, afirman y cuentan la historia de la empresa.
Emanuel Fellay cuenta la historia de EntreNuts como si no hubiera en ello nada excepcional, sin atisbo alguno de jactancia, con la simpleza del joven que prefiere mirar hacia adelante, pensar cuál es el siguiente desafío, antes que mirar hacia atrás.
Tiene 26 años. Sus dos socios, Joaquín Colella y Gabriel Aguilar, 25 y 27 respectivamente. Los tres confluyeron en Rosario, para formarse, con intereses similares. Emanuel estudió la Licenciatura en Comercialización; Joaquín Comercio Internacional y Gabriel Administración de Empresas.
“El 20 de marzo de 2020, cuando se decretó la cuarentena absoluta por la pandemia, fue el primer día de la empresa EntreNuts. Al mediodía hicimos el primer frasco de pasta de maní y a las 3 de la tarde, Alberto Fernández salió en cadena nacional anunciando que se cerraba todo durante los primeros 15 días”, recuerda Emanuel, en diálogo con Oíd Mortales Radio. “Las crisis siempre representan oportunidades y nosotros caímos justo en una de esas”, resalta.
“Vos que jodés tanto con eso”
¿Cómo se les ocurrió fabricar pasta de maní? La “chispa” que encendió el motor fue el gusto de uno de ellos por consumirla y esa compañera de estudios que aportó lo suyo.
“Gabi era un gran consumidor de pasta de maní. Estábamos los tres en Rosario y veíamos que era un producto hasta ese momento poco conocido, que llegaba sólo a las grandes ciudades, pero en el interior costaba más conseguirlo. Cada vez que venía a Colón, quería comprar pasta de maní y no conseguía. A modo de broma le decía a la compañera de banco de la facultad que cuando se recibiera iba a tener una fábrica de pasta de maní. Esa misma compañera un día le pasó la tesis de una facultad de Colombia sobre pasta de maní y le dijo ‘vos que jodés tanto con eso, fíjate si te sirve y capaz podés armar algo’. En una charla informal surgió la idea y la fuimos trabajando y desarrollando más y más”.
Gabriel Aguilar – Joaquin Colella y Emanuel Fellay
En tres meses, EntreNuts logró producir 2000% más de lo planificado y ya contaba con un staff de 10 empleados.
“Hoy hemos llegado a un nivel de automatización bastante grande. En nuestros inicios arrancamos con la mitad de una máquina, decimos nosotros. Porque con la plata que obtuvimos por un crédito, pudimos pagar la mitad y la otra mitad nos endeudamos con pagarés y dólares a pagar consecutivamente en los meses siguientes. Empezamos con esa máquina y una manga pastelera y hacíamos 20 a 30 frascos por día. Los vendíamos por WhatsApp, por Facebook, por Instagram, que en ese momento eran las herramientas que había para comunicarse, porque en la calle no había nadie”, rememoró Emanuel. “Al tener el permiso como personal esencial, podíamos salir a repartir. Con máscaras, guantes y barbijos entregábamos casa por casa”, describió.
El crecimiento tras aquel complicado inicio fue exponencial. “Teníamos planificado vender 1000 frascos aproximadamente y a los tres meses estábamos vendiendo 15000, teníamos 8 empleados y estábamos en más de 10 provincias”.
“Para 2021, nos mudamos a nuestra segunda planta. En la primera –precisó-, arrancamos con 200 metros cuadrados, donde teníamos una pequeña oficina y un pequeño depósito. Después nos pasamos a una de 500 metros cuadrados, en la que estamos actualmente, donde pudimos instalar una máquina semi automática, que habíamos adquirido. Tuvimos la premisa, desde el día uno, que todo peso que entraba a la empresa, todo peso que se reinvertía”.
A través de créditos, endeudamiento, íbamos comprando máquinas y automatizando y sofisticando un poco más la producción. “Hoy tenemos dos líneas automáticas de producción, con capacidad para 3000 frascos/hora. Y estamos armando nuestra tercera planta, de aproximadamente 3000 metros cuadrados, para poder crecer en productividad y en exportación”, explicaron.
EntreNuts debe su crecimiento a la creatividad, la inteligencia y la capacidad de trabajo de sus fundadores y del personal. También, al respaldo del Estado, que supo respaldar la iniciativa.
“A nivel municipal, provincial y nacional hemos recibido mucha ayuda, acompañamiento, sea en materia de comercio exterior, en créditos y gestión –dice Emanuel-. Todo eso nos dio un impulso y fue de gran ayuda para poder ir reinvirtiendo y nosotros retribuir generando nuevos puestos de trabajo, aportando mediante los impuestos y exportando. El Estado lo que más busca es que haya más exportaciones, como respuesta a la falta de dólares que tanto se sufre hoy”.
La pasta de maní fabricada en Colón, Entre Ríos, ha conseguido llegar a mercados muy exigentes en el mundo. “Estamos exportando a Estados Unidos, Uruguay, Chile y Brasil”, detalló Fellay. Y van por más: “La planta nueva se está armando para certificar normas de calidad internacional que nos van a dar la posibilidad de abrir mercados en Europa y en medio oriente, que son, junto con USA, los mayores consumidores de este producto”.
Lejos de quedarse con un único producto, no han parado de generar variantes. Fallay pasa lista: “Tenemos siete sabores de pasta de maní: natural, crocante, stevia (natural endulzada), de coco (con esencia de coco natural y rallado), de cacao (con cacao amargo y endulzado con stevia), una de mix de semillas y una ahumada, que es el último desarrollo que hicimos”.
En tiempos de etiquetas llenas de octógonos, la pasta de maní luce ciento por ciento saludable. “Es un gran producto”, resume Emanuel, y enseguida argumenta: “Es una de las bases en la pirámide nutricional. Vino en reemplazo de los untables convencionales, como el dulce de leche, la mermelada o los quesos crema. Es una nueva opción saludable, que aporta colesterol bueno, es bueno para la hipertensión, tiene grasas saludables, es mucho más saciador. Comiendo una tostada con pasta de maní y alguna fruta arriba, con ese desayuno podés tirar hasta el mediodía y no te lleva a tener que hacer colaciones. Tiene distintas variantes el producto, que lo hacen muy bueno como una fuente de energía y como un súper alimento, como lo llamamos nosotros”.
-¿La mayor expectativa de crecimiento está en el mercado externo o en el interno?
-Creo que en ambos. Obviamente, el externo tiene enormes posibilidades. En Estados Unidos consumen entre 5 y 6 kilos de mantequilla de maní per cápita versus nosotros que consumimos apenas 20 a 250 gramos. Y ellos son 350 millones y nosotros 40. Estas diferencias se replican en Europa, en Medio Oriente, en Asia. Pero a su vez, el consumo interno está creciendo mucho, el producto se está haciendo conocer, muchos lo están incluyendo dentro de lo diario, las grandes cadenas de supermercados tienen góndolas especiales para estos productos.
-¿Imaginaron, cuando estaban empezando en aquel imborrable 20 de marzo de 2020, que iban a crecer del modo en que lo lograron, y en apenas tres años?
-Siempre uno, sea en el proyecto de vida o en lo que emprenda, desea tener el mayor éxito posible y apuntar a lo más alto. Pero no imaginamos en tan corto tiempo estar dando trabajo a casi 50 personas, tener la responsabilidad que afrontamos con la edad que tenemos. Nos cuesta parar la pelota, sentarnos en la vereda de enfrente y ver lo que hemos hecho, porque el día a día te demanda mucho trabajo. Fuente: El Entre Ríos