Juntos por el Cambio está nuevamente sumergido en una interna caliente. Esta vez la discusión y las acusaciones cruzadas se da por la posición de los diferentes sectores respecto a la re reelección de los intendentes en la provincia de Buenos Aires. Una ley que sancionó la ex gobernadora María Eugenia Vidal en el 2016 y que estas horas tanto la oposición como el oficialismo están tratando de modificar.
Un sector de Juntos por el Cambio está negociando con el peronismo un camino para voltear la ley que la coalición que hoy es oposición, sancionó en la Legislatura bonaerense cuando era oficialismo. Ese solo movimiento es el que genera resquemores, pase de facturas, acusaciones y suspicacias puertas adentro de la alianza.
La ley fue sancionada en el 2016 en el inicio del mandato de María Eugenia Vidal, pero tuvo decreto de reglamentación que fue inscripto en el 2019 y del que una veintena de intendentes peronistas se aferraron, como vía de escape legal, para saltar la imposibilidad de ser reelectos.
La prohibición impuesta por la ley N° 14836 “abarca a quienes habiendo sido reelectos en el mismo cargo para un segundo mandato consecutivo, hayan asumido sus funciones y ejercido por más de dos (2) años, continuos o alternados”.
Con ese margen legal, los intendentes del peronismo comenzaron a pedirse licencia antes de cumplir 2 años y un día de su segundo mandato. Según la interpretación que hacen, les permitirá volver a presentarse en el 2023 sin problemas. Convocados por el gobierno nacional o provincial, los intendentes con más peso del conurbano comenzaron a pedir licencia y saltar a otros cargos, dejando en su lugar a familiares o dirigentes allegados.
Frente a esa situación, los jefes comunales del radicalismo y el PRO se quejaron, y plantearon un camino alternativo. Ninguno, salvo el ex intendente de Vicente López Jorge Macri, que pasó al gobierno porteño, pidió licencia. Es decir, si la ley se queda como está, deberán cerrar su ciclo en la intendencia en el 2023.
La diferencia de criterios aumentó la tensión interna en la coalición, que viene de vivir semanas intensas y de choques de posturas muy marcados. La principal apuntada fue Vidal. En el ala dura del PRO se preguntan cómo pudo dejar abierta esa puerta que hoy el peronismo utilizó como escape para la ley. Y dejan entrever que existió un acuerdo implícito con los intendentes peronistas para lograr su aprobación.
“Nadie se hace cargo del cagadón que se mandaron en el gobierno de Vidal. Ella jugó sola, en vez de hacerlo en sintonía con la mesa de representación que tiene Juntos por el Cambio. Le dejaron espacio a los kirchneristas para que se la rebusquen y se escapen de la ley”, planteó una voz de peso entre los Halcones del PRO.
“Hacen todo un procedimiento político para desgastarla. La quieren debilitar pensando en el 2023. Hicieron lo mismo durante la última campaña electoral. Son las reglas del juego, pero después cada uno decide si pegar debajo de la cintura o no”, especificaron cerca de la ex gobernadora y actual diputada nacional por la provincia de Buenos Aires.