La FIFA anunció este viernes la utilización de tecnología semiautomatizada para resolver situaciones de fuera de juego durante los partidos del Mundial Qatar 2022, competencia que se disputará del 21 de noviembre al 18 de diciembre.
Doce cámaras instaladas bajo la cubierta en los estadios captarán los movimientos del balón y hasta 29 puntos de datos de cada jugador, 50 veces por segundo, para calcular sus posiciones exactas sobre el terreno de juego.
Los 29 grupos de datos recopilados de cada futbolistas incluyen las extremidades y partes del cuerpo que se tienen en cuenta para señalar si una posición se encuentra habilitada por reglamento.
La pelota oficial Al Rihla, de la firma alemana Adidas, incluirá en su interior una unidad de medición inercial (IMU), que será decisiva para la detección de las posiciones antirreglamentarias. Este sensor, situado en el centro del balón, enviará un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de vídeo, lo que brindará extrema precisión sobre el momento exacto en el que se impacta el balón, criterio fundamental para determinar una posición adelantada.
El máximo organismo rector del fútbol espera que el nuevo sistema ayude a los equipos arbitrales de video y a los árbitros sobre el terreno de juego a adoptar decisiones «más rápidas, precisas y fiables», expresa en un comunicado.
Con el cruce de datos recabados por los dispositivos y la inteligencia artificial, la nueva tecnología enviará un aviso inmediato a la cabina de videoarbitraje cada vez que un jugador situado en posición prohibida reciba la pelota por parte de un compañero de equipo.