Fueron encontrados en Salta 66 trabajadores formoseños de la comunidad wichi en una serie de allanamientos. Habían sido llevados a las fincas dedicadas a la producción cítrica, especialmente de limones para exportación.
Pero la empresa que los «contrata», según explicó a Télam Germán Ferrari, el subdelegado de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) tiene sede en la provincia de Tucumán y hay un nombre detrás de todos los incumplimientos a las más básicas leyes laborales: el empresario citrícola Pablo Padilla.
El primero de mayo, para el día del trabajador, Ferrari ya lo había cruzado en una entrevista: «Sería muy bueno que comience a cumplir con lo estipulado en el convenio colectivo de trabajo, como por ejemplo, el jornal garantizado, entre otras obligaciones que no se están cumpliendo. La verdad es que hoy los trabajadores están en condiciones indignas, donde muchos empresarios no garantizan siquiera la higiene en la finca o baños y no cumplen con lo que ellos mismos firman”, manifestó.
«Padilla es resopnsable no sólo de este hecho que está en la justicia, su práctica habitual es la falta de pago y fue por esa denuncia de los trabajadores que saltó en qué condiciones estaban trabajando en Salta», dijo a Télam este hombre que desde hace años se enfrenta al poder de este empresario citrícola «que terciariza los servicios», afirmó este martes.
Pablo Padilla, el empresario citrícola denunciado. / Foto: Gentileza Tucumándespierta.com
Las empresas en la mira de la Justicia por este caso de explotación son la contratista Padilla Citrus, propiedad de Padilla y Dynamic Agroservices, ambas con sede legal en San Miguel de Tucumán.