Casi la mitad de la población brasileña recibió las ayudas financieras dispuestas por el Congreso y el Gobierno para enfrentar la pandemia y en algunos casos eso significó un salto de más de 3.000 por ciento en los ingresos del 10% de la población, según datos oficiales divulgados hoy.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indicó que cerca de 100 millones de personas recibieron la ayuda de emergencia, ya sea un subsidio directo o el respaldo al pago del salario de las empresas privadas.
En junio, 29,4 millones de hogares, donde reside el 49,5 por ciento de la población, recibió las ayudas.
«Ese contingente de personas, directa o indirectamente, se benefició con el auxilio», dijo el director de encuestas del IBGE, Cimar Azeredo.
El Congreso aprobó un inédito plan de ayuda de emergencia de 120 dólares mensuales a personas de baja renta y trabajadores informales más allá de los programas sociales existentes.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro había propuesto 50 dólares pero el Congreso lo elevó, con la fuerza de la oposición de derechas e izquierda, a 120.
En ese marco, según el IBGE, los ingresos de un contingente de 17 millones de personas saltó con esa ayuda un 3.000 por ciento.
En estados del norte y nordeste como Amapá y Maranhao, la proporción de beneficiados fue de 65% de la población, mientras que en los sureños Santa Catarina y Rio grande do Sul fue de 30%.
La concesión del beneficio fue caótica en abril y mayo, con grandes filas en las puertas de los bancos públicos y fraudes de familias acomodadas que recibieron la ayuda de 600 reales o 120 dólares.
Pero según los analistas, este flujo de unos 5.000 millones de dólares en ayudas directas a la población detuvo la sangría de popularidad de Bolsonaro con sus posiciones frente a la pandemia, ganando apoyos en sectores de ingresos más bajos identificados en las últimas dos décadas con el opositor Partido de los Trabajadores (PT).
Es en ese marco que el presidente Bolsonaro piensa en cambiar en las próximas semanas el nombre de los planes sociales, el Bolsa Familia (Beca Familia) instalado en la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) por otro llamado Renta Brasil.
Esta marca de cuño social que intenta imponer el gobierno de Bolsonaro es una de las bases que sus aliados de centroderecha en el Congreso le reclaman para ser competitivo para su proyecto de reelección en 2022.