Aunque ahora su nombre es sinónimo de sándwiches de miga, y cada día llega gente de la Ciudad de Buenos Aires y todo el conurbano, e incluso de Entre Ríos, para probar sus más de 30 variedades, la panadería Lucca transitó más de la mitad de su historia vendiendo solo pan. Y eso representa muchísimo tiempo ya que lleva 147 años funcionando en la misma esquina de Luján: en Moreno y Lavalle, cuando esas calles aún no se llamaban así, y la basílica ni siquiera había comenzado a construirse.
Sucedió que en los inicios del negocio, el más antiguo en su rubro de todo el país, no se habían popularizado los productos de confitería. Por eso los vecinos llegaban a comprar el pan. Las facturas llegaron en la década del 50 y los populares triples recién ganaron terreno en las mesas familiares a mediados de los ‘90.