Luisina y su hermana Valeria Leoncino, fueron cruelmente asesinadas este año y con apenas, cuatro meses de diferencia. Mientras que un hermano mayor de ambas, Álvaro, se quitó la vida en 2018.
El imputado y detenido por el cruento crimen es Horacio Rafael “Ñoño” Benítez, un hombre con antecedentes penales y denuncias por violencia de género.
Pero el femicidio de Luisina, no hizo más que profundizar el dolor de una familia que no encuentra consuelo, ya que la joven es el tercer integrante de los Leoncino, que muere en pocos años.
Es que Luisina es hermana de Valeria, quien fue víctima de un femicidio, ocurrido hace cuatro meses, marzo de este año. Y también, era hermana de Álvaro, quien se quitó la vida en 2018.
La muerte de Álvaro
El primero en encontrar la muerte fue Álvaro, el hermano de Luisina. El chico de 22 años se quitó la vida hace cinco años, en 2018. El joven sufría de depresión y convivía con una mujer de 85 años que le daba techo y comida, ya que meses antes, se había ido de su casa por problemas familiares.
Los últimos posteos en su cuenta de Facebook fueron claves para entender por lo que estaba pasando. “Qué tristeza. Me siento tan derrotado. ¿Alguien podría inyectarme en las venas un poco de líquido para la tristeza o para la derrota? Les agradecería”, fue una de las publicaciones que más llamó la atención de sus allegados.
Las alertas no fueron advertidas a tiempo y Álvaro se disparó en la cabeza el 25 de septiembre del 2018.
El hermano de Luisina vivía con una mujer de 85 años que le dio un hogar. (Foto: Facebook /Álvaro Leoncino)
El femicidio de Valeria
La segunda víctima de los Leoncino, fue Valeria. La joven fue asesinada a tiros por un acosador. El brutal crimen ocurrió el 6 de marzo de este año, apenas cuatro meses atrás. “O estás conmigo o no estás con nadie”, le dijo Carlos Passarella a la chica de 25 años antes de pegarle tres disparos, en plena vía pública y frente a sus amigas. El hombre de 35 años estaba obsesionado con ella y no la dejaba en paz. Tras cometer el femicidio, el sujeto se quitó la vida en su auto.
Ella trabajaba en un local de ropa que quedaba frente a una tapicería, de la que él era el dueño. Passarella se acercó a ella, se hicieron amigos y cuando se ganó la confianza de su círculo íntimo le confesó que estaba perdidamente enamorado. Valeria le aclaró: “O somos amigos o no somos nada”. Esto desató la ira y los celos del agresor, que decidió matarla para que no estuviese con nadie.
Valeria Leoncino, hermana de Luisina, ambas víctimas de femicidio. (Foto: Facebook)
La pesadilla de Valeria comenzó en 2022 con varios hechos aislados, que no parecían tener conexión entre sí, hasta que la joven empezó a atar cabos y todas las sospechas condujeron a “Charly”, el apodo del femicida.
En octubre de ese año, la habían despedido sin motivo de la dietética donde trabajaba, la indemnizaron y Carlos le ofreció trabajo para, supuestamente, controlarla.
Luego, con el pasar del tiempo, se enteró que la causa del despido había sido un perfil falso de Instagram de Valeria, que supuestamente había sido creado por él y donde publicaba fotos íntimas de ella.
La descripción de la cuenta decía que era una cuenta secundaria de Valeria Leoncino, se autodefinía como una ‘nena muy atrevida’ y detallaba que trabajaba en una dietética. Eso habría llevado a los dueños a tomar esa determinación. Con el tiempo, Valeria le dijo que lo quería fuera de su vida, de su entorno de amigos y de su familia.
Valeria Leoncino y su asesino, Carlos Passarella.
Desesperado porque había perdido todo tipo de contacto con ella, Passarella se presentó en la puerta del edificio donde vivía, el lunes 6 de marzo de 2023. Sacó el arma del bolsillo, le disparó tres veces y se dio a la fuga a bordo de su auto. Manejo dos cuadras y se quitó la vida con la misma arma que había acribillado a Valeria.
Dentro del vehículo, además, la Policía provincial halló una caja con 50 cartuchos, gas pimienta, sogas y una carta.
El escrito decía que él se había “cansado del boludeo, que no daba más y que cualquier queja o agradecimiento se tenían que dirigir a su tumba porque se iba a suicidar”, contó una amiga de Valeria.
Luisina Leoncino tiene 24 años y dos hijos. Fue asesinada y descuartizada.
El tremendo crimen de Luisina
Y por último, Luisina, una víctima más de la violencia machista. A más de 20 días de su desaparición, los investigadores confirmaron que fue asesinada y descuartizada. Este martes identificaron un tatuaje en los restos humanos que se encontraron cerca de un arroyo, en las afueras de Concordia.
“Debo estar embrujado”, aseguró Ricardo, el papá de Luisina, tras enterarse de que su tercera hija había sido asesinada. «Uno de mis hijos se suicidó en 2018. A mi otra hija me la mataron de varios disparos en marzo de este año y ahora nos pasa esto con Luisina», aseguró a Elonce.
El hombre manifestó estar atravesando un momento sumamente difícil. Lo único que espera es obtener justicia.
Quién es “Ñoño” Benítez, el imputado
Las pruebas encontradas por la policía en la casa de Horacio Rafael “Ñoño” Benítez, son contundentes. El hombre de 42 años se convirtió en el principal y único sospechoso en el femicidio de Luisina Leoncino.
El imputado y detenido por el cruento crimen tiene antecedentes penales y denuncias por violencia de género.
Horacio “Ñoño” Benítez, el principal sospechoso por el femicidio de Luisina Leoncino.
Además, señalan que Benítez estuvo preso y fue condenado por un caso de abuso sexual. También lo acusa de captar mujeres para la prostitución. “En el barrio lo conocen por ser fiolo”, afirmaron fuentes de la investigación.
Las pruebas en contra de Benítez hablan por sí solas. Tanto es así que, mucho antes del hallazgo del cuerpo de la joven, la Justicia ya daba por sentado que tenía que ser enjuiciado por femicidio.
Revelaron que Luisina lidiaba con la custodia de sus dos hijos, que estaba en plena disputa judicial. “Tuvo dos nenes con distintos padres. A ambos se los habían sacado y estaba peleando para que le den la custodia de nuevo”, dijo el abogado de la familia.
Todos los problemas que la víctima sufría se fueron acumulando, sumado a las muertes de sus dos hermanos, más que nada la de Valeria, con quien tenía un trato muy cercano. “Él se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de la víctima, ya que tenía problemas económicos, familiares, psicológicos y de consumo”, aseguró a Tn Martín Jáuregui, el abogado del padre de Luisina.
Desaparición y hallazgo
Luisina Leoncino desapareció el pasado 9 de julio y su familia realizó la denuncia de paradero días después. Las cámaras de seguridad captaron a Horacio Rafael “Ñoño” Benítez en horas de la madrugada ingresando a su domicilio, junto a la joven de 24 años. Esa es la última imagen que hay de ella.
El domingo pasado, la policía encontró restos de una persona que estaban adentro de bolsas de basura. El cadáver había sido descuartizado y descartado en un descampado, cerca de un arroyo en Concordia. Este martes, se confirmó lo que nadie esperaba: era Luisina.
Medicina forense constató con una foto aportada por la familia y acreditó que los restos hallados son de Luisina. Los reconocieron gracias a los tatuajes que tenía. Con este hallazgo, “tenemos geolocalización, testimonios, pruebas genéticas y otras, que componen un frondoso cuadro probatorio que avizoran una prognosis de condena”, aseguró Jáuregui a Elonce.
Valeria y Luisina Leoncino, fueron asesinadas este año.
Muchas pruebas
“Estamos frente a un cuadro de pruebas colectado con todas las garantías que nos da un panorama de condena. Es decir, más allá de que aún se está desarrollando la investigación y que esta etapa procesal, solamente requiere la sospecha; puedo decir sin temor a equivocarme, que estamos frente a un caso esclarecido y también, a una potencial condena a perpetua porque la prueba que tenemos es abrumadora”, remarcó Jáuregui al dialogar con Elonce.
El abogado de la familia aseguró que no aceptarán ir a un juicio abreviado. Por el momento, el acusado se encuentra bajo prisión preventiva a la espera de los resultados de las pericias científicas. “Tenemos 90 días para pedir la elevación a juicio. Este caso está cerrado desde el punto de vista policial y judicial”.