El presidente brasileño ingresó este domingo a una clínica de San Pablo para una infiltración en la zona de la cadera. Luego, su oficina informó que tendrá que ser intervenido durante el segundo semestre del año.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ingresó este domingo en el hospital Sirio-Libanés de San Pablo y estuvo internado durante unas horas para una infiltración en la zona de la cadera. Según explicó la oficina de la Presidencia más tarde, cuando se había retirado, el mandatario deberá atravesar una cirugía, programada y que no requiere urgencia, a lo largo del segundo semestre.
El canal TV Globo habló con autoridades del hospital que explicaron que el presidente «se realizó una pequeña infiltración por una incomodidad en la cadera. No se hizo ningún examen y su agenda prevista para hoy sigue en pie», reprodujo el portal de noticias de ese grupo mediático, G1.
La agencia del mandatario se centraba este domingo en la ceremonia de asunción de la nueva junta directiva del Sindicato de Metalúrgicos de ABC, en Sao Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo, la institución que vio crecer a Lula como dirigente sindical y que él mismo terminó dirigiendo. Lula participó de la asunción, un almuerzo y luego volvió a Brasilia.
Según G1, Lula se queja de dolores y molestias en la zona de la cadera desde principio de año. Retomó su rutina de ejercicios físicos, tuvo sesiones de fisioterapia y, en febrero, se realizó una resonancia magnética en Brasilia. Y, tres meses después, en mayo, contó durante un discurso que «un problema con la cabeza del fémur» no le permitía jugar al fútbol.