Las Fuerzas Armadas de Brasil consideran que Sudamérica dejó de ser una región libre de posibles conflictos y se preparan para intervenir en la «solución» de problemas regionales, así como en la defensa de los intereses brasileños en la selva amazónica y el litoral Atlántico, según la nueva Política Nacional de Defensa revelada hoy.
«No se pude dejar de considerar tensiones y crisis en el entorno estratégico, con posibles desdoblamientos para Brasil, de modo que el país podrá verse motivado a contribuir para la solución de eventuales controversias o para defender sus intereses», dice la nueva versión del Libro Blanco de la Defensa versión 2020.
Los escenarios están incluidos en el manual, que actualiza cada cuatro años las principales definiciones de la política de seguridad exterior del país y que será entregado la semana próxima al Congreso, en un contexto en el que por primera primera vez desde 1985, el Gobierno cuenta con 9 ministerios a cargo de militares y la presidencia a cargo del ex Capitán ultraderechista Jair Bolsonaro.
El Libro Blanco de Defensa define cuáles son los temas que movilizan tropas, como la actual pandemia de coronavirus, y la devastación amazónica por parte de la agricultura, la deforestación ilegal y la minería, un tema por el cual Brasil está siendo cuestionado por inversionistas internacionales.
Según el texto adelantado por el diario O Estado de Sao Paulo, la actualización de la política de Defensa no menciona países vecinos pero observa que habrá «tensiones y crisis» en la región sudamericana, donde Brasil posee el Ejército más numeroso.
Sin embargo, según el diario brasileño, hace una excepción poniendo como punto más crítico a la vecina Venezuela.
La hipótesis de conflicto con Venezuela resurgió en 2019 cuando Brasil participó con Colombia de la entrega frustrada de alimentos en camionetas en la zona fronteriza en una acción internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La frontera sur venezolana es el lugar de donde salieron venezolanos que se instalaron en el estado brasileño de Roraima, una operación que fue llevada adelante en 2018 y 2019 por el general Pazuello, desde hace un mes ministro de Salud, con el país al borde de los 2 millones de casos y 75.000 muertos por coronavirus.
El ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva, primer no civil en el cargo desde el fin de la dictadura en 1985, dijo que el plan es una actualización de una política de Estado que pasó por la revisión del presidente Bolsonaro.
Los documentos serán presentados oficialmente en el Palacio del Planalto con los jefes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y de Senadores, Davi Alcolumbre.
El titular de la cartera de Defensa se encuentra en campaña para elevar de 1.8% a 2% del PBI el gasto militar, luego de que las Fuerzas Armadas fueran beneficiadas por no haber sido incluidas en la reforma jubilatoria para el resto de la población.
En relación a la seguridad interior, Brasil permite que los militares intervengan intervenir internamente e incluso puedan hacerse cargo de la seguridad de los Estados, como ocurrió en 2018 con Río Janeiro, un línea que es ratificada por la actualización del documento.