Una reunión entre Paloma Herrera -todavía formalmente a cargo del ballet estable del Teatro Colón- y la directora general del Teatro, María Victoria Alcaraz, confirmada por ambas para la tarde del martes, intentará poner fin a la crisis desatada tras la sonora renuncia de la prestigiosa ex bailarina, publicada en su cuenta de Instagram. Allí, en una carta dirigida a Alcaraz, Paloma Herrera anticipó su decisión -que habrá de formalizar hoy- y aludió a “problemas muy graves que me afectaron muchísimo” desde que asumió el cargo en 2017.
Y mencionó específicamente una reunión con el Director Ejecutivo del Teatro, Martín Boschet (aunque evitó nombrarlo directamente), ocurrida sobre fines de 2021, como el detonante de su decisión. También detalló problemas relacionados con el funcionamiento del plantel de bailarines del teatro y apuntó a la injerencia gremial como el principal impedimento para desarrollar su tarea artística.
Este martes la repercusión del posteo de Herrera con su renuncia, rebotó en otras direcciones dentro del micromundo que es el Teatro Colón, un gigante cultural de América latina siempre surcado por cuestiones internas, gremiales y políticas, que subyacen debajo del brillo y la excelencia artística. Detrás de las razones explicadas por Herrera flota la sombra de la cuestión sindical de un ente cultural público, siempre observada con lupa. “Entraron en modo municipal, el arte como subsidio al desempleo municipal”, se puede leer en Twitter, una entre tantas opiniones. Un integrante del ballet desmintió un paro del ballet por esta cuestión. “Nosotros estamos no convocados desde el 18 de noviembre. Supuestamente deberíamos comenzar el 8 de febrero con entrenamiento y voluntario, eso dictado por la directora que acaba de renunciar”, dijo a Infobae Cultura una bailarina del cuerpo.
“Fui muy transparente y por eso elegí brindar información contundente. Lo más fácil era enviar una carta de renuncia, pero eso que escribí es lo que pienso: super claro, sin vueltas. La razón de mi renuncia es artística, si no puedo trabajar de la forma adecuada no me puedo quedar”, le dijo Paloma Herrera a Infobae Cultura esta mañana. “No me meto en nada político, lo mío es artístico. Los problemas los tenían que arreglar los bailarines con la dirección del teatro. Yo tengo que tener una compañía a la altura”, agregó sobre cuestiones gremiales a las que aludió en su carta. “Soy idealista, lo voy a ser siempre. Siempre creo que con el amor y el trabajo se pueden hacer milagros. Entré pensando en eso, conozco bien la historia que tiene el teatro y pensé que sería suficiente con buena voluntad pero me di cuenta que no. La luché todo lo que pude”, afirmó.