La ciudad brasileña de Petrópolis vivió este viernes una madrugada de angustia y temores de nuevos derrumbes de las sierras a raíz de que se activaron las sirenas de alertas de nuevas lluvias, en medio de la destrucción que por los deslaves del martes pasado ya han causado 120 muertos, entre ellos 13 niños, según informó el servicio de Defensa CIvil del estado de Río de Janeiro.
Los bomberos retomaron, sin embargo, los trabajos y encontraron cuatro cadáveres bajo el lodo, mientras que 116 personas están siendo declaradas desaparecidas.
«No podemos dormir del shock que nos causó el desastre del martes y hoy no pudimos dormir por las sirenas de alerta de nuevas lluvias. Tengo a siete familiares supultados bajo el lodo y rezo para que Dios me los mantengan con vida «, dijo Mónica Veiga, cuya familia vivía en una casa que fue destruida por los deslaves del martes en Alto da Serra, el barrio que desapareció por el derrumbe.
Los trabajos se suspendieron el jueves por la tarde a raíz de alertas de nuevos deslizamientos de tierra.
La ciudad se encuentra en una situación de calamidad, al punto que hay denuncias de vecinos contra el gobernador Claudio Castro por no disponibilizar más bomberos: es que la situación es tan desesperante que los propios pobladores pasan horas buscando en medio de pozos de agua y lodo a sus seres queridos y amigos.
Historias de familias destruidas, sepelios masivos en el cementerio local y desesperación por encontrar comida en medio de la basura están marcando las horas de esta comarca serrana ubicada a 68 kilómetros de Río de Janeiro, que es una ciudad de turismo histórico porque allí era la estancia de invierno la familia imperial que gobernó Brasil hasta 1889.