Es un abogado laboralista contratado por las empresas para romper negociaciones colectivas y salariales, tanto dentro del Ministerio de Trabajo como en la Justicia Laboral.

 

Es un verdadero “actor” del derecho colectivo del trabajo, que llega a las audiencias luciendo trajes de mil dólares, con sombrero y paraguas en composé.

Hábil en el arte de las palabras, Gallo emplea terminología aguda e hiriente y apela a todo tipo de provocaciones para desconocer a las partes y frustrar cualquier tipo de acuerdo.

Pero el pasado 23 de marzo un sindicalista le dijo basta, se trata del representante de los farmacéuticos y bioquímicos (SAFYB), que reaccionó en caliente cuando el abogado desplegaba sus habituales chicanas para negarse a suscribir un acuerdo que lleva 12 años de discusión, y tiene dictámenes ministeriales y sentencias judiciales condenando la mala fe negocial de la Asociación de Distribuidores de Especialidades Medicinales (ADEM) representada por Gallo.

El video en que el abogado patronal es corrido por las escaleras del Ministerio se hizo viral, y fue levantado por todos los medios.

Gustavo Gallo se victimizó diciendo que es un “abuelo” de 74 años, pero está claro que sus prácticas no son las de un adulto mayor dedicado a sus nietos sino las de alguien que se beneficia económicamente de la precarización de los trabajadores.

“Ese abogado es el responsable de que hace 12 años los trabajadores farmacéuticos y bioquímicos de droguerías no tengan cobertura sindical ni convenio colectivo de trabajo, por lo tanto el violento es él” afirmaron desde el sindicato de los trabajadores farmacéuticos y bioquímicos.

A algunas de las fuentes consultadas por este medio les llamó la atención la actitud del Ministerio de Moroni, que consintió las prácticas de Gallo durante 12 años, y tras la escaramuza se puso del lado patronal dando la espalda a los trabajadores.

El titular de SAFYB no quiso hacer declaraciones porque hace unos días falleció su madre.