Ariel “Guille” Cantero, jefe de la banda criminal de Rosario “Los Monos”, recibió ayer una nueva condena. Fue la octava en su carrera criminal, otros 12 años de prisión por organizar desde la cárcel la venta de drogas. El mismo Cantero reconoció su responsabilidad en un juicio abreviado. Junto con él fueron condenadas otras 22 personas de dos bandas distintas, en un proceso a cargo del juez Eugenio Martínez, único integrante del Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario.
La sentencia remarca una situación que se repite en los últimos tiempos y que ya encendió alertas desde la PROCUNAR, el área de la Procuración dedicada a investigar delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias: Cantero continuó manejando la venta de drogas desde la cárcel federal de Marcos Paz, donde está preso. Lo mismo otros condenados. La misma advertencia fue realizada por la PROCUNAR para otros históricos capos como “Marcos” Estrada González, hombre fuerte de la Villa 1-11-14, también preso en Marcos Paz.
“Parte de los intervinientes de las organizaciones aquí acusadas, han actuado bajo las directivas de otras personas que al momento de los hechos se encontraban privadas de su libertad. Algunas de esas personas, incluso, presentan otras investigaciones con la misma modalidad ejecutiva, lo que incluso, ha derivado en el cambio del lugar donde cumplían hasta ese momento su detención. No obstante, más allá de los traslados, las conductas ilícitas, algunas vinculadas al comercio de estupefacientes, se siguen replicando”, sostuvo el juez Eugenio Martínez, del Tribunal Oral Federal 2 de Rosario.
Luego, agregó que “todo ello deja en evidencia la fragilidad de los controles penitenciarios, como de su estructura, que impone la necesidad de trabajar con mayor profundidad los aspectos vinculados con la situación penitenciaria, como también la relacionada con controles post penitenciarios”.
La nueva condena a Cantero es por haber sido uno de los organizadores -junto a Leandro Vilches y Gisela Boccuti- de una banda de narcomenudeo. La investigación se inició en diciembre de 2017 cuando en otra causa se detectaron en intervenciones telefónicas la posible venta de drogas. “El resultado que arrojaron las escuchas telefónicas corroboró la hipótesis inicial de la investigación, esto es la venta de estupefacientes al menudeo en la modalidad de ´delivery´”, concluyó el fallo.