En el afiche de la convocatoria a la marcha, se suceden las imágenes de seis personas trans muertas prematuramente o que permanecen desaparecidas: la asesinada activista Diana Sacayán; el joven Tehuel de la Torre, del que nada se sabe hace 15 meses; la referente Lohana Berkins; el adolescente salteño Santiago Cancinos, cuyo cuerpo fue encontrado tras cuatro años de búsqueda; el militante cordobés Eugenio Talbot Wright y la joven trans mendocina víctima de un crimen de odio, Melody.
«Es la séptima marcha para visibilizar las muertes de las compañeras travesti trans, contra la negación de esas muertes y contra el vacío legal al respecto», dijo a Télam el activista trans y referente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), Say Sacayán.
Sacayán destacó que «hoy no sólo no hay un marco jurídico» que castigue específicamente los crímenes de odio como el que terminó con la vida de su hermana Diana, en 2015, «sino que no se contemplan las violencias que nos llevan a la muerte y que vivimos solo por nuestras identidades».
Es que si bien en 2012 el Código Penal incorporó entre los agravantes del homicidio el «odio a la identidad de género», se aplicó en contadas ocasiones y la Cámara de Casación revocó en 2020 ese ítem del fallo que dos años antes condenó a Gabriel Marino por el homicidio de Diana Sacayán, y que sentaba jurisprudencia en la materia.