Tras las consultas con expertos, el Gobierno resolvió reducir el distanciamiento en las aulas para lograr que todos los chicos asistan a clases. Lo planteará mañana por la tarde en una reunión del Consejo Federal de Educación, que reúne a todos los ministros provinciales.
El titular de la cartera nacional, Nicolás Trotta, expondrá tres “condiciones” que permitirán, tras más de medio año con presencialidad alternada, que los estudiantes vuelvan a concurrir todos los días a la escuela. Los diferentes escenarios son:
Condición óptima: las escuelas que puedan asegurar la presencialidad completa manteniendo un distanciamiento físico de 1.5 m entre estudiantes, sin dejar de ventilar, asegurar el uso de mascarillas y la higiene de manos. Para mantener esta distancia es necesario aprovechar al máximo el mobiliario escolar en toda su extensión.
En el caso de que no sea posible asegurar el distanciamiento de 1.5 m para una presencialidad plena, se tomará una distancia física de 0.90 m entre estudiantes en las aulas, manteniendo el requerimiento de 2 m en los espacios comunes y con el cuerpo docente. En este caso, aumenta el requisito de ventilación, no solamente manteniendo abiertas ventanas y puertas sino incrementando el tiempo de ventilación entre clases.
Solo en el caso de que no sea posible mantener un distanciamiento físico de 0.90 m entre estudiantes, se podrá mantener una distancia menor; y las excepciones podrán aplicarse en contextos de bajo riesgo epidemiológico y con adecuada cobertura de vacunación en la población general. No obstante, estas excepciones deberán ser acompañadas de las siguientes medidas obligatorias: mantener e incrementar el resto de las medidas implementadas; la distancia entre estudiantes y docentes, así como entre docentes, se deberá mantener en 2 m; el distanciamiento en zonas de uso común, incluyendo comedores, no podrá ser menos a los 2 m y agregar estrategias preventivas adicionales.