Al menos 50 migrantes fueron hallados muertos, la mayoría de ellos dentro de un camión abandonado al lado de una ruta, en San Antonio, Texas, y la tragedia -con escasos precedentes en el país con semejante magnitud- originó inmediatas muestras de pesar de los gobiernos de México y de Estados Unidos.
El departamento de bomberos de San Antonio, ciudad del sur estadounidense limítrofe con México, informó que otros 16 migrantes que viajaban en el camión, entre ellos cuatro niños, fueron hallados con vida.
«Es una tremenda desgracia (…) hasta ahora son 50 los fallecidos: 22 de México, 7 de Guatemala, dos de Honduras y 19 todavía sin información sobre su nacionalidad», lamentó el presidente mexicano, Andrés López Obrador en su conferencia de prensa matutina.
AMLO, tal como se conoce al mandatario mexicano por sus iniciales, anunció también que el 12 de julio se reunirá con su par estadounidense, Joe Biden, con el tema migratorio como eje «central» del encuentro.
Ese encuentro se produce luego de que López Obrador rechazara participar en la cumbre de las Américas, realizada del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, en protesta porque Estados Unidos no invitó a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En tanto, la Casa Blanca dijo que Biden fue informado de la «absolutamente horrible y descorazonadora» muerte de la cincuentena de migrantes en Texas.
«Estamos siguiendo de cerca» la información «absolutamente horrible y descorazonadora» proveniente de San Antonio, Texas, indicó a periodistas la portavoz Karine Jean-Pierre a bordo del Air Force One de camino a la cumbre de la OTAN en Madrid, refirió la agencia de noticias AFP.
El papa Francisco expresó también su «dolor» por las tragedias de migrantes, haciendo referencia a este drama y a la muerte de decenas de personas la semana pasada que intentaron entrar al enclave español de Melilla procedentes de Marruecos.